domingo, 29 de mayo de 2022

Molino del Alborchí - Molí de l'Alborgí

Para entender la importancia del molino del Alborchí conviene contextualizar primero la importancia general de los molinos arroceros y harineros en la Ribera del Júcar. 

Desde tiempos inmemoriales la fuerza del agua a su paso por los cauces de los ríos fue aprovechada por todas las civilizaciones con el objetivo de accionar máquinas que facilitasen el trabajo doméstico o industrial al ser humano. En épocas previas al descubrimiento de la energía eléctrica o los combustibles modernos, solo la fuerza del agua, la fuerza animal y la fuerza humana posibilitaban estos usos. España, país surcado por innumerables ríos y alimentado durante decenas de siglos por el producto de su agricultura, supo aprovechar este recurso único mediante la construcción continua de molinos con norias de madera que eran accionadas por la corriente de los ríos. 

En su estudio "Patrimonio Hidráulico de la Ribera", publicado por José Serrano Julián y Miguel Antequera Fernández, profesores del Departamento de Geografía de la Universitat de València, los autores señalan el origen de los molinos en la comarca de la Ribera del Júcar en la segunda mitad del siglo XIII. Tenemos constancia histórica de la construcción de la Acequia Real de Alzira en el año 1258. Posteriormente el rey Carlos III (1759-1788) la amplió y su nombre fue sustituido por el que en la actualidad conserva: Acequia Real del Júcar. 

Vemos aquí el plano actual de la Acequia Real del Júcar. Podemos ver al norte la ciudad de Valencia y al sur el municipio de Alzira. La Acequia toma parte de las aguas del Júcar para desviarlas hacia Valencia, bordeando la Albufera. Esta infraestructura histórica ha permitido durante siglos regar los arrozales de la extensa Huerta Sur.

El cauce del río Júcar, tanto en la Ribera Alta (Alzira) como en la Ribera Baja, fue aprovechado por los habitantes de estas comarcas para la construcción de molinos harineros. En la siguiente imagen vemos el cauce del río Júcar desde el pantano de Tous hasta su desembocadura en Cullera, ocupando Alzira el espacio central del plano. La función de estos molinos harineros era transformar en harinas el grano de cereales cultivados en los alrededores. Para ello disponían únicamente de la energía hidráulica y solo auxiliarmente de la fuerza animal en caso de ser necesario.


El aprovechamiento de la Acequia Real del Júcar posibilitó sin duda la población permanente y la agricultura en todas las comarcas cercanas. Como señalan José Serrano Julián y Miguel Antequera Fernández: "entre el siglo XIII y el XVI, con la Acequia Real del Júcar en pleno funcionamiento, se aprecia un fuerte desarrollo de la molinería en los municipios de curso más alto de la Ribera Alta [Alzira entre ellos], ayudado sin duda por los sucesivos crecimientos demográficos y la concentración de la población en núcleos bien definidos". Los molinos se beneficiaban de las numerosas acequias construidas en toda la región sin interferir demasiado en la función de estas, que era el riego de los cultivos. Si el molino estaba parado el agua debía discurrir por un canal paralelo, sorteando el molino, para no entorpecer el riego a los agricultores de la zona. Aun así, como veremos, hay constancia histórica -aunque escasa- de ciertas disputas por descuidos o abusos de los molineros en perjuicio de los regantes.

No solo existieron molinos harineros en los alrededores de Alzira. También molinos arroceros (adaptados al descarrillado y perlado del arroz) y una tercera tipología intermedia: los molinos mixtos. De hecho, según José Serrano Julián y Miguel Antequera Fernández, a finales del siglo XIX la casi totalidad de los molinos harineros de la Ribera habían sido adaptados con una muela arrocera a fin de aumentar su producción, por lo que podían considerarse mixtos.

Toneladas de harina de trigo, harina de arroz y piensos para alimentar a los animales de carga (caballos, mulas, bueyes, burros) salían de aquellas construcciones industriales cada año, una vez recogidas las cosechas, asegurando la economía local de año en año. La importancia del agua y los problemas de su escasez por sequías o usos indebidos en el riego fue durante siglos un problema de tal importancia para la sociedad valenciana que los propios agricultores crearon un sistema de justicia consuetudinaria, basado en la oralidad y la costumbre, que se ha mantenido hasta la actualidad. El Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia. Con esta contextualización pretendemos realzar la importancia que el Molino de Alborchí y otros tuvieron durante siglos en Alzira.

Los molinos de la Ribera del Júcar, dado el mínimo desnivel topográfico de la zona, no se abastecían tanto de saltos de agua (muy excepcionales y de poca altura), como del más abundante caudal de las acequias que caracterizan estas tierras de regadío. Por ese motivo, como decíamos anteriormente, hubo ciertas disputas entre regantes y molineros que terminaron ante los tribunales, aunque son muy escasas las que conocemos hoy. Una en particular afecto al Molino de Alborchí y por ese motivo en este blog hemos encontrado información de fuentes primarias que arroja luz sobre su historia. 

El molino del Alborchí se ubica a 2.400 metros de la Plaza Mayor de Alzira (centro de la población), 1.300 metros del Ayuntamiento de Carcaixent (centro de la población). Solo dista 230 metros de la ribera más próxima del río Júcar, coincidiendo con la ubicación del puente metálico ferroviario. Del barranco de Barcheta, en su zona más próxima, le separan algo más de 340 metros de distancia. Además esta noticia menciona que el Molino de Alborchí se encontraba "situado en la partida de Materna, término de Alcira". En el siguiente mapa de caminos históricos de Alzira se señala el Molino del Alborchí (punto rojo), así como el trazado (línea negra) que discurriendo en paralelo entre el río Júcar y el barranco de Barcheta, comunicaba el molino con Alzira: el Camino del Alborchí.

Pongámonos en antecedentes primero. El 17 de julio de 1858 los Boletines Oficiales provinciales publicaron la autorización firmada en Madrid, el 10 de junio del mismo año, por el Director General de Obras Públicas del Ministerio de Fomento, en favor de Francisco de Paula Casasús, para que "aproveche las aguas del barranco de la Barcheta como motor de un molino harinero que intenta construir en término de Alcira, provincia de Valencia". Esta fuente es crucial para situar en la cronología el momento en que el molino fue construido. O al menos, si existía allí una edificación anterior, esta es la fecha en que el molino tal y como lo podemos identificar fue construido. Creemos que lo más probable es la primera opción. Si hubiese existido una construcción anterior, seguramente la autorización del Ministerio lo habría señalado así, pues hubiese sido un dato de referencia geográfica ineludible.

Otro dato de máximo interés es que esta fuente menciona a Joaquín García Chaveli. Como una de las condiciones de autorización de la obra, "la coronación de la presa [del molino de Alborchí] quedará de 20 a 30 centímetros más baja que la horizontal inferior de la rueda hidráulica de Chaveli". Esta fuente documental nos permite suponer que "la rueda hidráulica de Chaveli" se encontraba muy próxima al molino de Alborchí y como veremos más adelante, nos permite entender que ambos aprovechamientos hidráulicos sobre un mismo cauce en el barranco de Barcheta significaron futuras disputas entre ambos propietarios, que terminaron en los tribunales.


Encontramos un Real Decreto firmado en Madrid el 2 de julio de 1859 por el Director General de Obras Públicas, que menciona el "Molino de Alborchí", indicando a Francisco de Paula Casasús como su propietario en aquel tiempo. 

Dice así: "Vista una exposición de don Francisco de Paula Casasús, propietario del molino de Alborchí, en el término de Alcira, provincia de Valencia, en que haciéndose cargo de las condiciones bajo las cuales se autorizó a don Joaquín García Chaveli, por Real Orden de 7 de agosto último [1858], para aplicar al movimiento de un molino arrocero y harinero el agua del arroyo titulado Barranquet, que anteriormente se le había permitido aprovechar como fuerza motriz de una máquina de aserrar maderas, manifiesta que con dichas condiciones quedará inutilizado el molino de su propiedad y pide en su consecuencia que se modifiquen, oído el Ingeniero Jefe de la provincia, y de conformidad con su dictamen y el de la Junta Consultiva de Caminos, Canales y Puertos, S. M. la Reina (Q.D.G.) ha entendido a bien mandarse se haga a entender a Chaveli que el remanso producido por su molino ha de quedar de tres metros más bajo que el punto en que el eje del rodete inferior del molino de Alborchí encuentra el cimbrado de la bóveda".

Este "molino arrocero y harinero el agua del arroyo titulado Barranquet" era propiedad de otro alzireño, Joaquín García Chavelí . Desconocemos si estaba emparentado o no con otro alzireño de quien tenemos constancia posteriormente, Ramón Chavelí Carreres (Alzira, 1878 - Jerez de la Frontera, 1947). Previamente a 1858 el molino de Joaquín García Chavelí fue empleado como serrería de maderas desde el día 2 de enero de 1856, según autorización de esa fecha por el Ministerio de Fomento.

Sin embargo hay constancia de que el 7 de agosto de 1858 había sido reconvertido en molino arrocero y harinero (mixto) por Joaquín García Chavelí. Esta modificación alteró el caudal de las aguas río abajo en el molino del Alborchí, propiedad de Francisco de Paula Casasús. Por ello, este propietario se dirigió a los tribunales reclamando una reparación justa. Interpuso un interdicto contra su vecino por "alteración del nivel de unas aguas".

Los datos de este litigio son concordantes con la geografía, aunque a día de hoy no hemos podido ubicar el molino de Joaquín García Chavelí. Es posible que sea uno de los otros molinos de los que se tiene constancia en Carcaixent: el molino de l'Empedrat o el molino Assolat o Molino de Sensals, aunque esta duda exigirá una investigación posterior. Suponemos que se encuentra al sur de Carcaixent. Así, el arroyo del Barranquet es un afluente natural del barrano de Barcheta. Este barranco proporcionaba agua al molino de Joaquín García Chavelí y río abajo, creemos que mediante el uso de acequias, posibilitaba también el uso del agua al molino de Alborchí. Se iniciaba así un conflicto entre Francisco de Paula Casasús, propietario del molino, contra don Joaquín García Chaveli, quien aguas arriba del arroyo del Barranquet

Corrobora lo anterior la siguiente fuente histórica, que emplea la misma denominación para ambos cursos de agua: "un molino llamado del Alborchí, movido por las aguas del barranco de la Barcheta o arroyo del Barranquet y situado en la partida de Materna". Esta fuente data de 1865 y menciona que en octubre de 1864 el litigio continuaba en un lento desarrollo.


El texto anterior arroja información de interés para el Molino del Alborchí. Si en 1859 su propietario era Francisco de Paula Casasús, en octubre de 1864 debemos suponer que éste había fallecido y el inmueble había sido heredado por uno de sus parientes, Francisco León y Casasús, tal vez sobrino. Además, a juzgar por lo que leemos, podemos afirmar que en aquellos años el Barranquet, o Barranco de Barxeta, tenía un caudal de aguas suficiente para hacer mover la maquinaria del molino.

En el año 1870, el periódico La Correspondencia de España publicaba la noticia de un robo violento en el Molino de Alborchí, que estaba arrendado en ese momento.


Diez años más tarde, el 31 de marzo de 1880, el periódico El Católico, daba cuenta de inundaciones en Alzira que habrían afectado al Molino del Alborchí.


El día siguiente, 1 de abril de 1880, el mismo periódico publicaba: "La feraz y dilatada campiña conocida por el Alborchí, no era más que una laguna; la alegre verdor de cosechas había desaparecido bajo una rojiza capa de agua".

El 28 de mayo de 1884, el diario El Bien Público daba cuenta de nuevas inundaciones:

"El río experimentó una nueva crecida que inundó otra vez la partida del Alborchí. La expectación era grande: multitud de personas acudían a enterarse de los progresos de la inundación y contristaba el alma ver cómo desaparecía a nuestra vista el fruto de tantos afanes y fatigas, puesto que las cosechas quedaban sepultadas de nuevo entre el cieno y las aguas".

En septiembre de 1887, la revista literaria semanal El Archivo, de Denia, publicaba información relativa al origen histórico del Alborchí, en un artículo titulado "Topografía de Alcira árabe", firmado por Julián Ribera Tarragó (1858-1934). Julián Ribera, natural de Carcaixent, que era desde ese mismo año catedrático de historia en la Universidad de Zaragoza. Participaron en su investigación otros dos autores: Roque Chabás (1844-1912) historiador arabista, canónigo y promotor de la revista "El Archivo" en Denia entre 1886 y 1893 y otro historiador arabista, Francisco Pons Boigues (1861-1899). 

Este escrito, fechado en Carcaixent, 6 de agosto de 1887 y publicado en septiembre del mismo año, menciona "las viñas del barranco del Alborchí", dando a entender que estas tierras estaban ocupadas en tiempos del rey Jaime I de Aragón, el Conquistador (1208-1276), por haciendas o heredades árabes.

Ese mismo año, el 7 de diciembre, el periódico zaragozano Crónica de Vinos y Cereales publicaba que por desbordamiento del río, se habían inundado de nuevo las partidas de Alborchí y Alquenencia.


Información similar narraba el periódico La Correspondencia de España tres años más tarde, el 19 de noviembre de 1889.

Nuevas inundaciones afectaron a la partida del Alborchí unos años más tarde, según la información que ofrecía el periódico El Isleño, el día 10 del noviembre de 1891.


En el año 1901 el molino del Alborchí pertenecía al alzireño José Fuset, que continuaba explotándolo como molino harinero y arrocero. Así lo recogió la guía comercial Almanaque Bailly-Baillière de aquel año. El molino continuó en funcionamiento algunos años más, a pesar del riesgo de las inundaciones.La descripción de sus ruinas que se recoge en el estudio "Patrimonio Hidráulico de la Ribera" nos aporta información única sobre este molino: "De los tres artefactos hidráulicos identificados en el término municipal de Carcaixent, apenas quedan indicios de la existencia de dos de ellos: el Molino de l'Alborchí y el Molino de l'Empedrat. El tercero, el Molino Assolat o Molino de Sensals, se halla asolado y parte de sus cimientos desaparecieron bajo los terrenos de un huerto de naranjos". 

A falta de descripción más exacta del molino de Alborchí, podemos citar la descripción genérica que José Serrano Julián y Miguel Antequera Fernández mencionan en su estudio conjunto de todos los molinos de la Ribera: "Un molino que cuenta con una planta baja, donde se emplazan los juegos de muelas, un piso superior para colocar limpias y cercerones y un semisótano donde emplazar los rodeznos. El molino contaba con otras dependencias para la vivienda de la familia del molinero, un patio que permitía el acceso de los carros, almacén de aperos y corrales para el ganado doméstico. El tejado presentaba dos vertientes y se hallaba cubierto de tejas cerámicas de tipo árabe".

Y continúan: "El Molino de l'Alborchí se encontraba en la partida de l'Alborchí y se accedía a él por el camino del mismo nombre. El artefacto, también denominado Central Eléctrica Carcagentina, fue construido en la segunda década del siglo XX y estuvo en funcionamiento como fábrica de luz hasta unos años después de la finalización de la Gerra Civil [hacia 1940]". Es cierto que la Central Eléctrica Carcagentina operaba, como sabemos, en 1914, como atestigua la página 257 de la guía comercial de Valencia Anuario Batllés, que la cataloga como una sociedad anónima.

En junio de 1905 se realizó esta planimetría que se conserva en el Instituto Cartográfico Nacional. Muestra la ubicación del Molino del Alborchí. El cartógrafo lo llamó, por una mala traducción al castellano, "Molino de Alburchil". En el detalle que mostramos a continuación, se resalta el molino con color amarillo, además del Puente del ferrocarril Alzira-Carcaixent, que también aparece resaltado.


Al estudiar toda la documentación que ha permitido la investigación en este blog sobre el Molino de l'Alborgí he podido constatar una discrepancia muy destacable en el trabajo de estos investigadores. Primeramente expondré la realidad de los hechos históricos y al finalizar mencionaré la tesis que sostienen estos investigadores, que es fruto de alguna confusión poco oportuna.

En el año 1916 la Primera Guerra Mundial en Europa provocó un encarecimiento de los precios de alimentos básicos tan preocupante que el gobierno español aprobó una ley en el mes de noviembre para autorizar si era necesario que los Ayuntamientos pudiesen incautarse del arroz existente en los molinos de cada término municipal y controlar de este modo el mercado. Si bien el problema no fue resuelto a la hora de la verdad mediante estas disposiciones legislativas, lo cierto es que en el caso de Alzira esta norma se aplicó en junio de 1917. En el acta del Ayuntamiento del 5 de junio de 1917 se enumeraron los nombres de todos los propietarios o comerciantes de cosechas de arroz y las cantidades de cereal que tenían almacenadas en ese momento, que fueron incautadas. Este listado incluye los nombres de los propietarios de molinos en aquella fecha: "José María Sala, 4 toneladas de arroz; Tomás Casterá, 25 toneladas; Salvador Sala, 14 toneladas; Bernardo Perepérez, 3 toneladas, Blas Palua, 4 toneladas; Cayetano Montalvá, 12 toneladas; Antonio Redal, 4 toneladas; Bautista Perepérez, 5 toneladas; Rosa Furió (viuda de (ilegible), 5 toneladas; Luis Boquera, 6 toneladas; Salvador Sifre, 20 toneladas; Francisco Clarí, 1,5 toneladas y Enrique Pelayo, 8 toneladas". En el acta de 25 de junio del mismo año se añadieron 4 toneladas de arroz elaborado, propiedad de la viuda de Ramón Galvañón, quien solicitaba al Ayuntamiento autorización para poder exportar este producto.


La realidad es que el Molino de l'Alborgí en los años veinte del siglo XX continuaba funcionando como tal. Prueba de ello es esta referencia histórica en la página 104 del Almanaque comercial de 1921, publicado en Valencia por el editor Rafael Pascual Lacasa en enero de ese año con el título: "Anuario Siglo XX. Guía comercial e industrial, Valencia y su provincia". Podemos leer el nombre de José Tuset Pascual como gerente, en esa fecha, del molino arrocero situado en Alborgí.


Es errónea en todo o en parte, por tanto, la afirmación de José Serrano Julián y Miguel Antequera Fernández al decir que hacia 1920 el Molino de l'Alborchí fuese reconvertido en una central eléctrica para abastecer a Carcaixent.

Continúa el texto de este estudio así: "Del aprovechamiento de su salto de agua se obtuvo la primera energía eléctrica que abasteció el municipio de Carcaixent. En la actualidad, aunque conserva parte de su fisonomía original, el inmueble está siendo rehabilitado por su propietario, don Francisco Juan Álvarez, para uso residencial. El agua de la que se abastecía para el funcionamiento de sus turbinas procedía de la Real Acequia de Carcagente -también llamada Séquia Vella o Séquia de l'Horta-. A escasos diez metros del edificio de esta antigua fábrica hay indicios de un molino harinero, del que quedan algunos restos, como el salto sobre la misma acequia".

El Almanaque Bailly-Bailliere del año 1930 menciona como propietario del molino del Alborchí en esa fecha a Francisco Pascual Pellicer.

En esta fotografía, vemos el salto sobre la acequia del viejo molino harinero del Alborchí. 

Por otra parte, cuando se iniciaron las obras para la rehabilitación y acondicionamiento del viejo Molino del Alborchí, se encontró un juego de muelas harineras enterradas bajo el lodo y la vegetación.

En este detalle del mapa de 1953 elaborado por el Instituto Geográfico Nacional, podemos apreciar la ubicación del Molino de Alborchí. 

Años más tarde, en 1956, se tomó la primera imagen aérea de esta zona, en blanco y negro. En ella se puede apreciar -resaltado en amarillo- el molino de l'Alborchí y el puente del ferrocarril.

Podemos ver en la siguiente imagen por satélite el aspecto del Molino de l'Alborchí en la actualidad. Situado a un lado del Camino de l'Alborchí, con el puente del ferrocarril Alzira-Carcaixent a escasos metros al este, este molino tomaba el agua de la acequia conocida como Séquia Mateixa. Se aprecia en la imagen el puente del ferrocarril, así como el propio Molino de l'Alborchí, que se ha resaltado con color amarillo.




En la obra "Historia de Alzira. Geografía física y humana, arte y patrimonio cultural", publicada por el Ayuntamiento de Alzira, bajo la dirección de los historiadores Ester Alba Pagán y Aureliano J. Lairón Plá, se menciona el Molino de Alborchí. Concretamente, en el periodo del primer tercio del siglo XX: "Actius seguien sent encara els molins fariners i d’arròs. D’un total de set, quatre realitzaven les dues activitats: Vda de Andrés Gimeno, al carrer Gandia; Francisco Montagud en el Pont de Xàtiva; Agustín Pellicer en l’Alfarella i Francisco Pellicer a la partida de Materna. Exclusivament arrosser era el de Bernardo Goig en la partida de Toro. Els fariners eren el Molí de l’Alborgí, regentat per Francisco Pascual Pellicer, i el Molí de Genís, per Fernando Pascual. Més nombrosos i grans eren els molins arrossers, huit en total, de la veïna Algemesí, donat que també allí hi havia una major superfície cultivada d’aquest cereal i seguia havent-hi grans colliters com els Germans Pascual, que junt amb Hijos de Sos Borràs, posseïen els dos molins de major importància".

Asimismo: "També el conreu de l’arròs explica la presència de nombrosos molins hidràulics. A mitjans del segle XIX es comptabilitzaven set molins amb un total de 26 moles, de les que 17 eren arrosseres i 9 farineres (Madoz 1845: I, 448). De tots aquests molins ha desaparegut per complet el de l’Alborgí i de la Vila (Lairon 2017: 100); el de Fus i el de Genís es mantenen parcialment conservats, mentre que el del Toro y de Borrego estan completament arruïnats. El molí arrosser de Montagut és l’únic de tots que va evolucionar cap a una activitat industrial. Té el seu origen en un petit molí hidràulic mogut pel cabal procedent dels barrancs de la Casella i de Cogullada. La primera màquina a vapor que es va instal·lar procedia d’una fàbrica de paper de fumar d’Alcoi, que havia d’accionar un nou molí que es va instal·lar en la primera planta. La caldera s’alimentava de pallús o corfa d’arròs. Per a la instal·lació de la nova maquinària va adquirir els terrenys adjacents, arribant fins a l’extensió actual que limita amb la carretera de Carcaixent. L’empresa Arrocerías Montagut va tancar l’any 1973. El 1995 les instal·lacions van patir un greu incendi que va afectar part de l’edifici. El conjunt adopta la tipologia de fàbrica de pisos on se situen els mecanismes de molturació i blanqueig, al que s’adossen unes naus destinades a magatzems, que han estat enderrocades. És el resultat d’un procés de creixement mitjançant l’addició de volums des del cos més alt, on es troba el fumeral, fins a arribar a la carretera de Carcaixent".

Como señalan José Serrano Julián y Miguel Antequera Fernández: "el siglo XIX supuso el límite temporal para la construcción de molinos hidráulicos. En cambio, su funcionamiento se alargó, puesto que muchos de ellos siguieron operativos hasta la mitad del siglo XX". En esta etapa, alrededor del periodo 1890-1900, algunos de estos molinos vivieron un proceso de conversión al ser readaptados como fábricas de luz eléctrica, como es el caso en Alcira del Molino de los Ojos, que abasteció por primera vez al municipio de electricidad en 1901 y en los años siguientes vendió la energía eléctrica sobrante a otros municipios cercanos.

En la actualidad la casi totalidad de los molinos de la Ribera -así como en general, en toda España- se encuentran en estado de ruina o ya han desaparecido para siempre. El Molino del Alborchí se encuentra en totalmente desaparecido en la actualidad, según "Historia de Alzira. Geografía física y humana, arte y patrimonio cultural" (pág. 471). Hay escasos ejemplos de molinos que se han reconvertido para el uso turístico (casas rurales o restaurantes), y lo cierto es que desde hace más de setenta años ninguno de ellos sigue en funcionamiento.

Fuentes: 

Almanaque comercial del año 1921, publicado en Valencia por el editor Rafael Pascual Lacasa con el título: "Anuario Siglo XX. Guía comercial e industrial, Valencia y su provincia".

Estudio en dos volúmenes elaborado por la Universidad de Valencia y el Ayuntamiento de Alzira, publicado en 2019: "Història d'Alzira. Des de la Prehistòria fis a l'actualitat", obra publicada por el Ayuntamiento de Alzira, bajo la dirección de: Ester Alba Pagán y Aureliano J. Lairón Plá. Disponible en: http://www.alzira.es/alzira_vpm/index.php/val/agenda/12195-cultura-a-la-fresca-8 (Consultado el 1 de enero de 2021). ISBN 978-84-9133-291-6, y "Historia de Alzira. Geografía física y humana, arte y patrimonio cultural", ISBN 978-84-9133-292-3.

Boletín Oficial de la provincia de Orense, núm. 85, de 17 de julio de 1858: Disponible en: https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1122136&idImagen=10557870&idBusqueda=25917&posicion=2&presentacion=pagina

Boletín Oficial de Zamora, núm. 91, de 1 de agosto de 1859: Disponible en: https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2271669&idImagen=21439351&idBusqueda=170004&posicion=1&presentacion=pagina

Boletín Oficial de Santander, núm. 77, de 27 de diciembre de 1865. Disponible en: https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2000808010

La Correspondencia de España, de 30 de marzo de 1870. Disponible en: https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1006527423

El Católico, periódico monárquico de Valencia, de 31 de marzo de 1880. Disponible en: https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2000665787

El Católico, periódico monárquico de Valencia, de 1 de abril de 1880. Disponible en: https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2000665788

El Bien Público, de 28 de mayo de 1884. Disponible en: https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2000613531

Manuscrito (mecanografiado) titulado "Geografia Médica de Alcira", del autor Enrique Badenes Gallach (Cuenca, 1890 - València, 1946). Esta obra puede consultarse en los archivos de la Biblioteca y Archivo de la Real Academia Nacional de Medicina de España. Disponible en: http://bibliotecavirtual.ranm.es/ranm/es/consulta/registro.cmd?id=93 (consultado en abril de 2021). La obra fue reeditada en 2017 por Aureliano Lairón y Carmel Ferragud, publicada por la Institución Alfons el Magnànim-Centre Valencià d’Estudis i d’Investigació (el Magnànim), entidad cultural de la Diputación de Valencia. ISBN: 978-84-7822-745-7.

Topografía de Alcira árabe, publicado en la revista literaria semanal de Denia (Alicante) El Archivo, en septiembre de 1887. Firmado por los historiadores Julián Ribera Tarragó (1858-1934), Roque Chabás (1844-1912) y Francisco Pons Boigues (1861-1899).

Estudio realizado acerca del "Patrimonio Hidráulico de la Ribera. Selección de elementos", publicado por José Serrano Julián y Miguel Antequera Fernández, profesores del Departamento de Geografía de la Universitat de València. Disponible en: https://www.chj.es/es-es/ciudadano/libros/Captulos/Las%20riberas%20del%20X%C3%BAquer/4.CUARTA%20PARTE.pdf

Página web de la Acequia Real del Júcar. Disponible en: https://www.acequiarj.es/ (Consultada el 25 de mayo de 2022).

Mapas de Alzira conservados en la Cartoteca del Instituto Geográfico Nacional de España: Disponibles en: https://www.ign.es/web/mapasantiguos/index.html 

Planimetrías: documentos manuscritos realizados entre 1870 y 1950, a escala 1:25.000, que contienen información planimétrica y son los trabajos previos a la realización del Mapa Topográfico Nacional (MTN). Los de Alzira están fechados aproximadamente en junio de 1905.

Mapa "MTN25 1Edi", de escala 1:25.000. Los de Alzira están fechados en el año 1980.

Colección completa de los ejemplares de la guía comercial o Almanaque Bailly-Bailliere (de 1895 a 1937), digitalizada por la Biblioteca Nacional de España. Se publicó en Madrid ininterrumpidamente desde 1848 hasta 1978. Disponible en: http://hemerotecadigital.bne.es/details.vm?q=id:0001128190&lang=es (Consultado el 29 de mayo de 2022).

Guía comercial del año 1914, (edición para España) publicada por Federico Batllés, director del Instituto Mercantil de Madrid con el título "Anuario Batllés del comercio, industria, profesiones de la Región Valenciana".