jueves, 22 de julio de 2021

Alzira en el Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España", de 1843

 

Existe una obra singular, publicada en Madrid en 1843 y que fue dedicada a la Reina Isabel II de Borbón (1830-1904) por el entonces político español y progresista, Pascual Madoz (1806-1870). Madoz Se trata de un Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones en ultramar, de 1843. Esta obra recoge un análisis pormenorizado de cada municipio de España y nos ilustra con información completa de su situación en los años en que se redactó la obra, justo después del trienio liberal. El período comprende 1833, 1834 y parte de 1835, según indica el autor en el prólogo.


La obra recoge valiosa información de nuestra ciudad. Las características de Alzira en esos años quedan bien reflejadas en sus páginas, con extensión suficiente para analizar todo tipo de elementos: historia, comercio y economía, demografía y urbanismo.


Hay que destacar que esta información no fue recogida por el propio Madoz -tarea que para cada municipio de España le habría ocupado una vida entera-. En su lugar, Madoz recibía notas que corresponsales en todo el país le enviaban, manuscritas. No sabemos quién redactó la información que se recoge sobre Alzira, pero con toda seguridad debía ser un vecino que en esa época ocuparía algún cargo local de alguna importancia. Para facilitar la lectura de esta obra, a continuación se transcribe en este blog el texto completo de este Diccionario:


ALCIRA: villa con ayuntamiento en la provincia, diócesis, audiencia territorial y c.g. de Valencia (5 leguas), cabeza del partido judicial, de la administración de correos y subalternas de loterías de su nombre. 
SITUACIÓN Y CLIMA. Se halla en una llanura rodeada de huertas y en una isla formada por los dos brazos en que el río Júcar se divide antes de llegar por el Oeste a la villa, donde la combaten con especialidad los vientos del Este y Oeste. Goza de clima cálido en verano y templado en invierno, cielo despejado y temperamento saludable, sin que se padezcan otras enfermedades estacionarias que tercianas en el otoño, de las que apenas nadie muere, y abundantes aguas que proporcionan en gran cantidad las fuentes de su término; bien que lo general del vecindario se surte de las del Júcar cuando viene claro, de dos fuentes de la Casella y de la de algunos pozos de los cuales los hay muy buenos en la villa.


INTERIOR DE LA POBLACIÓN Y SUS AFUERAS. La rodean antiguos muros y fuertes torreones, con diferentes puertas que franquean la entrada al interior. Cuéntanse en ella y los arrabales de San Agustín y Santa María, 2.245 casas a más de las 209 que hay en las huertas, la mayor parte de regular construcción y comodidades, con calles bastante espaciosas aunque por lo general de mal piso, algunas plazas y plazuelas, dos cafés, uno en la villa y otro en el arrabal, y ocho posadas en toda la población. Hay en el arrabal de San Agustín dos escuelas públicas de instrucción primaria para niños y dos para niñas, y una cátedra de latinidad en la villa, costeadas todas de los fondos del común; y otras particulares o privadas: un liceo y un pequeño teatro, casa consistorial construida en 1540 con grande y hermoso salón para las sesiones del ayuntamiento y las cárceles en lo interior de ella: una casa vestuario en la plaza mayor [se refiere a la actual Plaza de la Constitución, frente a la Iglesia de Santa Catalina], punto de reunión de la municipalidad para las funciones de la iglesia y en ella el tribunal del repeso; y una casa aud. para el juzgado de primera instancia, construida en el presente año [el año 1833], con tres salones, uno para el juzgado, otro para los escribanos y otro para los procuradores, con habitación suficiente para el conserje o portero; en la plaza mayor del arrabal de San Agustín hay un hermoso paseo llamado la Glorieta, que es el más concurrido del vecindario. Tiene un hospital titulado de Santa Lucía con la renta de 1.300 libras a cargo de un mayordomo nombrado por los regidores, que son sus patronos; en este establecimiento quedaron refundidos los tres hospitales que existían sin renta alguna cuando la conquista. Había en otro tiempo tres iglesias parroquiales, dos en la villa titulada la una de Santa María, fundada por el rey Don Jaime de Aragón en el año 1244, cuyo templo es de arquitectura gótica y su fachada de mucho mérito con columnas dóricas; y la otra de Santa Catalina fundada por los jurados en el siglo XIV, de arquitectura de orden compuesto, y otra en el arrabal de San Agustín titulada de San Juan Bautista, fundada también por los jurados en el mismo siglo XIV; aquellas se hallan canónicamente unidas y servidas por un vicario mayor perpetuo y tres temporales, nombrados, uno por el arzobispo de Valencia y dos por el clero de las mismas iglesias que antes lo componían, sesenta y tres beneficiados, reducidos primeramente a cuarenta, después a veinte, y últimamente el año 1832, a doce, cuyas vacantes obtienen por turno los beneficiados que quedaron de los sesenta y tres después de reducido su número; la del arrabal está servida por un cura. Antes de la supresión de los conventos había cinco en la población, tres de frailes y dos de monjas, cuyos edificios se conservan todavía. En la plaza del arrabal de San Agustín [actual Plaza Mayor] está el del mismo nombre fundado por el rey Don Jaime en 1277, y al extremo del mismo arrabal el de capuchinos, titulado de la Encarnación, fundado en 1602 por el señor Juan de Ribera, patriarca de Antioquía y arzobispo de Valencia. 


Dentro de la villa se hallan el convento de Trinitarios titulado de San Bernardo, que antes y hasta el año 1818 estuvo en medio de la huerta en el mismo lugar donde fueron martirizados los hijos del califa de Pintarafes (hoy Carlet) llamados después Bernardo, María y Gracia, fundado por los jurados en el siglo XV; el de monjas capuchinas, fundación también de los jurados en 1614, y el de agustinos, llamado de Santa Lucía, fundado en 1536 por las monjas que vinieron del convento de agustinas de la Esperanza de Valencia. Hay también cinco ermitas, cuatro en la villa con los nombres de Nuestra Señora de los Ángeles, San Gregorio y San Roque, y una en el arrabal de San Agustín llamada de San Judas Tadeo. 


A la entrada de la población por la parte del Norte está el puente de San Gregorio, que es uno de los construidos sobre el Júcar, con cuatro arcos de piedra sillería y forma un cuarto de círculo contra las corrientes del agua; y a la salida de la villa está el otro llamado de San Agustín [posteriormente, puente de San Bernat y actualmente, Casalicios, en la actual Avenida Santos Patronos] con dos grandes arcos de medio círculo también de piedra sillería. Cuyos puentes pertenecen al Real Patrimonio desde el año 1818, habiendo sido antes de su prod. de los propios de la villa. Fuera de esta y al Este de ella se ve el cementerio construido en 1812 en reemplazo de los tres que había antes para las tres iglesias. [Este cementerio se encontraba en la partida de Tulell. En 1882 se construiría el nuevo y actual cementerio, en la partida de Fracà, por lo que este viejo cementerio se desmanteló y desapareció a finales del s. XIX]. A la salida del arrabal de San Agustín hay doscientos cincuenta huertos plantados de naranjos y frutales; regados con norias o senias, que por su hermosura y lo bien cultivados pueden llamarse con razón el jardín del reino de Valencia; y sirve igualmente este sitio de un hermoso y delicioso paseo para los habitantes, extendiéndose por toda la derecha del Júcar hasta salir de aquellos. Otro paseo elegante y concurrido es el camino que dirige desde el arrabal de San Agustín hasta el monte llamado de San Salvador, en cuya falda a distancia de siete minutos de la población, estuvo el convento de franciscanos titulado de Santa Bárbara. Fundáronle los jurados en 8 de abril de 1539 para convento de monjas canonesas de San Agustín, que después fueron trasladadas al convento de San Cristóbal.


TÉRMINO. El que les concedió el rey Don Jaime el Conquistador se extendía a cinco leguas y media cuadradas, mas por las desmembraciones de los pueblos de Guadasuar, que lo fue en el año 1582, la de Carcagente y Cogullada que lo fueron en 17 de julio de 1589, y las de Algemesí, Cotes y Pardines en 1608, ha quedado reducido a 19.300 fanegadas de tierra de regadío en la izquierda del Júcar, con mucha de sembradío y arbolado de secano a la derecha del mismo río, y los doscientos cincuenta huertos que arriba se ha hecho mención. Confina por el Norte con los de Guadasuar y Algemesí; por el Este con los de Poliñá, Corvera, Llaurí y Fabara; por el Sur con los de Tavernes, Benifairó y Simat; y por el Oeste con los de Benimuslem y Puchol. Su extensión de Norte a Sur es de una legua y tres leguas de Este a Oeste. Riéganle el Júcar, sobre el que tiene los dos puentes de que ya se ha hablado; el río de los Ojos que se cruza por otros tres puentes, uno llamado puente de Valencia, de piedra sillería con un arco; otro de mampostería con tres arcos llamado puente de Guadasuar, y otro también de mampostería de cuatro arcos, llamado puente de Cabañes, cuyo río se une al Júcar a un cuarto de la villa. El río Barcheta sobre el que tiene un puente de mampostería de tres arcos, llamado de Alborchí, y la Real Acequia de Alzira. Todas estas aguas dan también impulso a las veintiséis muelas de siete molinos, de las cuales diecisiete son arrozales y nueve harineros. 
Las fuentes del término son la de Baladre, que está en la Montaña Derrocada, la fuente de la Murta y las cuatro fuentes de la Casella; todas muy abundantes y de agua muy fina. La de la Murta y dos de la Casella tienen la gran particularidad que en años secos disminuyen muy poco y en los lluviosos casi no aumentan nada. 


En el valle de Miralles, entre los montes de la Murta y a la falda del más alto, denominado Cruz del Cardenal, está el Monasterio de Nuestra Señora de la Murta, fundado en el siglo XIV por diez de los doce ermitaños que vivían en las ermitas del valle y por Arnau Serra, caballero principal de Alcira, con motivo de haber el dueño propietario de dicho valle y sus montes hecho donación de ellos por partes iguales a los doce referidos ermitaños, los cuales a excepción de dos, convenidos con el Arnau Serra, obtuvieron el permiso del rey Don Pedro de Aragón para la fundación del Monasterio. Después de concluida la obra, que tuvo principio en 23 de enero de 1257, quedó instalado con ocho religiosos del convento de Gandia, cuatro legos de la orden de San Gerónimo y los diez ermitaños que recibieron el hábito bajo el nombre de monjes de San Gerónimo. Fue reedificado después por los descendientes de Don Luis Vich y Doña Mencia Manrique de Lara, dejándole muchos bienes y convirtiéndose en un monasterio muy rico, el cual se halla en el día enteramente arruinado. [Se refiere al año 1833, en que se escribe este texto].


TERRENO. Es sumamente fértil y llano, a excepción de las cordilleras de la Murta y la Casella, que se hallan en los confines del término. Se cultivan con esmero diecinueve mil trescientas fanecadas de tierra, como se dijo, de las cuales 7.000 son de arroz y las restantes de huerta; y es tal su feracidad que dan de cincuenta a sesenta mil libras de seda, doscientas cincuenta mil arrobas de naranjas, y catorce mil cahices de arroz, sin contar el trigo, aceite, legumbres y demás artículos que se cosechan.


CAMINOS. Además de la carretera que dirige de Valencia a Játiva hay también otros caminos carreteros que conducen a los pueblos comarcanos, y dos de herradura que dirigen a los montes, hallándose todos en buen estado.
CORREOS Y DILIGENCIAS. En la administración de Alzira se recibe la correspondencia por valijero los domingos, martes y viernes por la noche, y sale inmediatamente para Alicante; de vuelta de esta ciudad entra en la madrugada de los lunes, miércoles y sábados, y sale a la misma hora para Valencia. Hay una diligencia diaria para la capital y viceversa, y otra también diaria para Alicante que va y vuelve en el mismo día.
PRODUCCIONES. Las principales son la de seda, de la que se extrae mucha para Sevilla, Francia e Inglaterra; arroz y naranjas, cuya extracción se hace en gran cantidad para la Península y Francia; también produce el término trigo, cebada, maíz, vino, aceite, miel, lino, cáñamo, limones, habas, melones, pimientos, frutas, toda clase de legumbres y hortalizas.


INDUSTRIA. Los molinos de harina y arroz que ya se ha hablado, algunas fábricas de alfarería y los oficios y profesiones necesarias e indispensables.
COMERCIO. El de extracción de la seda, arroz y naranjas; el de ropas de seda, lana y algodón, quincallas, vidriado y el tráfico de ventas y cambios de toda clase de caballerías. Celebra Alzira dos ferias anuales, la una de concesión real y franca de todo género de pechos y sisas por espacio de un mes, principia el 23 de julio y acaba a los tres días [actualmente, fiestas patronales de San Bernat], y la otra empieza el 21 de diciembre y concluye la víspera de Navidad. También se celebra un mercado los miércoles de cada semana que es muy concurrido: las especulaciones que se hacen de compras y ventas en cada uno de ellos ascienden a cuarenta mil o cincuenta mil reales, sin contar el comercio de sedas, que es mayor que en la capital y asciende a un valor mucho más crecido que el de los demás artículos.
POBLACIÓN, RIQUEZA Y CONTRIBUCIONES: tres mil cien vecinos, trece mil almas capaces de producir; veintisiete mil trescientos un reales imp.; mil setenta y uno contribuyentes; doscientos cuarenta y ocho mil trescientos setenta y dos reales, 19 mrs.
HISTORIA. Las villas de Sueca y Cullera han disputado a Alzira la gloria de ser la célebre Suero: mas a pesar de haberse decidido mucho a favor de aquellas, es un error conocido: Alzira, combatida por las aguas del Suero, razón geográfica que la designa con precisión para aquel nombre, todavía conserva el gran puente romano por donde pasaban las legiones a descansar en ella, siguiendo el camino a Cástulo (V. SUERO C.). Teatro de grandes acontecimientos, la presenta la historia con su antiguo nombre. El príncipe de la epopeya española, Silio Itálico, la cuenta entre las ciudades que dieron soldados al ejército de Aníbal, pintándola combatida por las aguas del río. En Tito Libio vemos, que habiéndose propagado la noticia de la muerte de Escipión el joven, durante su enfermedad en Cartagena, ocho mil romanos que se hallaban en Suero se sublevaron contra...

(Continuará)


Fuente: Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, por Pascual Madoz, conservado por la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, y digitalizado. Publicación original en Madrid, Estudio Literario-Tipográfico de P. Madoz y L. Sagasti, 1847. Edición digital a partir de la edición de Madrid, Est. Literario-Tipográfico de P. Madoz y L. Sagasti, 1847, disponible en: http://www.cervantesvirtual.com/obra/diccionario-geograficoestadisticohistorico-de-espana-y-sus-posesiones-de-ultramar-tomo-7-cordobelasezterripa--0/ (Consultado en julio de 2021).

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