El Puente de Hierro sobre el río Júcar en la ciudad de Alzira fue inaugurado el 16 de diciembre de 1917. Según se describe en el Catálogo de Modificación Puntual del Plan General Refundido que realizó el Ayuntamiento de Alzira, se trata de un puente de un solo arco, que consta de un tramo de 72 metros de luz encima de potentes muros de contención. La plataforma está sujetada por dos arcos tirantes paralelos, separados entre sí seis metros. La altura de los arcos es de ocho metros, noventa centímetros. Su estructura queda reforzada por treinta y dos vigas verticales y acopladas de forma transversal, a modo de “cruz de San Andrés”. A los extremos la obra descansa encima de unas rótulas metálicas que están encastradas en los contrafuertes de piedra de sillar.
Desde los orígenes de la ciudad de Alzira, el aprovechamiento de las aguas del río para el riego de cultivos y la vida diaria, facilitó el desarrollo urbano a lo largo de los siglos. Pero puntualmente en el tiempo significó también amenazas episódicas de crecidas que provocaban desastrosas consecuencias en daños materiales y pérdida de algunas vidas humanas. Las inundaciones eran algo relativamente frecuente. Cada pocos años o décadas se sucedía algún acontecimiento que alarmaba a la población durante varios días.
En la novela "Entre Naranjos", publicada en el año 1900 por el escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez, se relata un episodio de angustia y miedo provocado por la subida del nivel de las aguas del río Júcar, durante una noche lluviosa.
Probablemente esta inundación que relata Vicente Blasco Ibáñez en la novela "Entre Naranjos" está inspirada en la crecida del río Júcar que efectivamente tuvo lugar en el año 1898, precisamente cuando el autor y político valenciano se encontraba en Alzira y muy seguramente estaba ya tejiendo la idea de su novela mientras conocía el lugar y sus gentes.
Sobre esta inundación de 1898 se sabe información de valioso interés gracias a la serie de telegramas que el Alcalde de Alzira entonces telegrafió durante la medianoche del miércoles 12 de enero, en pleno invierno. El contenido de estos telegramas fue estudiado por el catedrático en Historia, de la Universidad de Valencia, Joan F. Mateu Bellés, en su obra publicada en 2003 con el título "
El servicio de prevención y anuncio de crecidas en España (1863-1917)".
En las propias palabras de Mateu Bellés: "La Real Orden de octubre de 1879 trasladó a los
alcaldes la responsabilidad de gestionar los anuncios de crecida para lo cual contaban con los
recursos humanos municipales y con el personal de Correos y Telégrafos. Por ello, en los archivos municipales pueden encontrarse originales ominutas de telegramas recibidos o enviados por un alcalde durante una avenida fluvial. Dichos documentos constituyen vividas descripciones de la evolución del desbordamiento, especialmente en medios urbanos. Este es el caso de Alzira, un lugar crítico de la llanura de inundación del Júcar. En las dos últimas décadas del siglo XIX, la Ribera del Júcar fue un escenario destacado de actuaciones del cuerpo de Ingenieros de Caminos (Mateu, en prensa) para aminorar los daños recurrentes provocados por sucesivos desbordamientos fluviales ocurridos en septiembre de 1884, febrero de 1994, etc. Mientras se completaban los estudios y se ejecutaban las obras, los alcaldes procuraban alertar a la población a partir de los avisos telegráficos.
Los siguientes telegramas fueron transcritos por el Catedrático Mateu Bellés en su obra, publicada en 1983, y se corresponden con los avisos que telegrafió el alcalde de Alzira en la medianoche del miércoles 12 de enero de 1898, para alertar a los alcaldes de Manuel y de Ontinyent, al Ministerio de la Gobernación y a la Casa del Rey:
Las inundaciones de 1864 fueron el fenómeno más destacado del siglo XIX y significaron la necesidad de encontrar una solución para el futuro. Se culpó de la acumulación de aguas al viejo puente medieval de San Gregorio. Se llegó a la conclusión de que era necesario demolerlo y construir un complejo y moderno sistema de pretiles para la defensa de las zonas próximas al río, y por tanto, también de toda la población.
Desde 1864 a 1899 transcurrieron treinta y cinco años de absoluto inmovilismo, durante los cuales el expediente administrativo de las obras de defensa para el río Júcar a su paso por Alzira fue pasando de mano en mano y de despacho en despacho, sin concretarse nunca, hasta el punto de que los alzireños del momento concluyeron, resignados, que no verían nunca el nuevo puente ni las obras de defensa.
Fue en 1899 cuando la Dirección General de Obras Públicas del Estado encargó el proyecto de un nuevo puente al ingeniero Enrique González Granda. Así lo detalla la Confederación Hidrográfica del Júcar: "En los años finales del siglo XIX la defensa contra las inundaciones de Alzira -al menos desde 1864- había motivado tres proyectos de la División Hidrológica del Júcar y Segura que no superaron la aprobación de la Junta Consultiva. Finalmente, Enrique González Granda redactó en 1899 un proyecto de defensa con sujeción absoluta a las directrices de la Junta Consultiva. Era un proyecto muy agresivo porque modificaba el acceso norte a la ciudad, derrocaba el puente medieval de la entrada de Valencia y una lienzo de la muralla islámica, eliminaba el meandro que rodeaba el recinto histórico convirtiéndolo en vial, desviaba un cauce (Barxeta) y levantaba una mota periurbana".
Posteriormente este ingeniero abandonó el proyecto, al ocuparse de la construcción del pantano de Buseo (Valencia) entre 1903 y 1915. El 14 de enero de 1915 publicó La Correspondencia de Valencia una noticia indicando que el ingeniero González Granda se encontraba en el pantano de Buseo.
Por tanto, Enrique González Granda no participó en las obras de construcción del Puente de Hierro de Alzira. Así lo comunicó la
Revista de Obras Públicas , una revista ilustrada de la época que se divulgaba entre los ingenieros españoles de caminos, canales y puertos, en su número de agosto de 1915.
Sabemos por esta publicación que Enrique González Granda era ingeniero de caminos, canales y puertos, y que había dirigido las obras de aquel proyecto.
A la finalización de estas obras en el pantano de Buseo, en agosto de 1915, hacía meses que el proyecto de Alzira estaba por tanto a cargo del ingeniero Fausto Elio Torres, quien hasta 1910 había estado ocupado en las obras del canal de desviación del río Vinalopó, según la
Confederación Hidrográfica del Júcar. Este ingeniero era hijo de otro ingeniero valenciano, Fausto Elio Vidarte (1848-1924), casado con Carmen Torres Muñoz, quien diseñó junto con el ingeniero Federico Gómez de Membrillera, los Tinglados (1914) y la Torre del Reloj (1916) en el puerto de la ciudad de Valencia, en los años, y de marcado estilo modernista. Fausto Elio Vidarte fue además el ingeniero que en 1903 supervisó las obras del puerto de Tarragona. Se jubiló en mayo de 1915.
En esta imagen, alrededor de 1920, vemos la Torre del Reloj en el puerto de Valencia, y también la línea del tranvía que circulaba hasta allí.
En marzo de 1924 la revista "Ingeniería y Construcción" daba cuenta del fallecimiento de Fausto Elío Vidarte -inspector jubilado-, dando el pésame a Fausto Elío Torres, que en aquel momento era ingeniero de la División Hidráulica del Júcar.
De este ingeniero, a quien Alzira debe su puente de hierro, conocemos una breve biografía, publicada por la
Confederación Hidrográfica del Júcar: Fausto Elío Torres (Madrid, 23 de julio de 1878 - Madrid, 23 de abril de 1958) "
pertenecía a una larga saga de ingenieros de caminos. Tras una breve estancia como ingeniero subalterno en las jefaturas provinciales de Obras Públicas de Tarragona y Valencia, el día 1 de febrero de 1906 tomó posesión de la zona 2ª de la División de Trabajos Hidráulicos del Júcar de la que estuvo encargado hasta finales de junio de 1931".
Del año 1939, una vez concluida la Guerra Civil y veintidós años después de la inauguración del puente de hierro de Alzira, es esta tarjeta identificativa del ingeniero Fausto Elío Torres. En el momento de la imagen contaba el ingeniero con 61 años:
Durante toda esta etapa están documentadas muchas obras de su autoría en poblaciones cercanas a Alzira, todas en el cauce del río Júcar, como Albalat, Polinyà, Riola, Sueca y Carcaixent con varias decenas de proyectos, obras y liquidaciones.
"Tras un paréntesis destinado como subalterno en la Jefatura de Obras Públicas de Valencia, de nuevo recaló en la dependencia hidráulica del Júcar. El 21 de noviembre de 1932 se le nombró ingeniero-director de las obras de regulación del Júcar y del Turia. A fines de 1934 era ingeniero-director de la Confederación Hidrográfica del Júcar. Tras la Guerra civil vivida en Valencia, el 29 de marzo de 1940 se dispuso que prestara sus servicios como Jefe de Aguas de la Delegación de Servicios Hidráulicos del Júcar. La última etapa profesional la desarrolló en Madrid como consejero (marzo de 1942) y como presidente (marzo de 1948) del Consejo de Obras Públicas. Fausto Elío Torres forma parte de la generación de ingenieros llegados a las divisiones hidráulicas en los primeros años del siglo XX y dedicados a ellas durante dos o tres décadas".
Regresamos ahora al puente de hierro de Alzira. En los años de la Restauración Borbónica (1874-1931) y más concretamente en la segunda década del siglo XX (1910-1920), las infraestructuras en España eran deficitarias en número y en mantenimiento. Alzira -entonces una isla- comunicaba las dos orillas de su río mediante solo dos puentes: el puente de San Gregorio, construido en el siglo XIV y el puente de San Bernardo, construido también en el siglo XIII. La Administración Pública (Ministerio de Fomento, Diputación Provincial y Ayuntamiento Constitucional de Alcira, en aquel momento) disponía de recursos escasísimos para acometer obras de alto presupuesto, por lo que era muy frecuente que éstas se retrasaran en el espacio de largos años.
Las Provincias, el 13 de noviembre de 1910, anunciaba que "el día 31 de diciembre [de 1910] se subastarán las obras del importantísimo puente de Alberique [Gabarda], sobre el río Júcar, en la carretera antigua de Madrid [actualmente la carretera CV-558]. El presupuesto es de 466.215 pesetas; el plazo de ejecución, de cinco años [1911-1916]. Tan importante obra será metálica en casi toda su longitud de 177 metros". En realidad el puente de Gabarda mide 77 metros -exactamente lo mismo que el puente de Alzira-, por lo que tal vez existe aquí un error del periodista al redactar la noticia. Como lo es también que se refiera al "puente de Alberique", cuando se trata en realidad del puente de Gabarda. Considerando el presupuesto de las obras y la inflación entre 1910 y 2020 para la peseta y el euro, una estimación del presupuesto actual podría acercarse a los 8 millones de euros. De estos cálculos nos ocupamos en la entrada correspondiente a la economía e inflación durante el siglo XX en España.
Lo cierto es que en esa misma fecha se subastaron las obras de un puente de hierro idéntico al de Alzira, situado éste en Gabarda (a solo 11 kilómetros en línea recta desde el puente de hierro de Alzira, y solo 4 kilómetros desde Alberic). Seguramente la noticia de Las Provincias se refiere al puente de Gabarda, pero puede darnos una fiel imagen del procedimiento seguido para el proyecto del puente de hierro en Alzira.
A pesar de los buenos deseos, en 1914 todavía no estaba concluido el proyecto definitivo. Prueba de ello es que Fausto Elío Torres firmó los planos del puente y de las obras de defensa (pretiles) el día 24 de abril de 1914 -solo dos meses antes del inicio en Europa de la Primera Guerra Mundial-. Vemos esta firma en la siguiente fotografía:
Así pues el día 24 de abril de 1914 el ingeniero Fausto Elío y Torres presentó el proyecto para su aprobación, junto con el presupuesto de las obras, para la construcción del puente de Hierro y de las obras de contención de las inundaciones. Contaba en esa fecha con treinta y cinco años y llevaba desde los veintisiete desempeñando el cargo de ingeniero en la zona del Júcar, de modo que en esas fechas era ya un gran conocedor de la región, de la ciudad de Alzira y de su clima. Seguiría en nuestra ciudad hasta dos meses después de la proclamación de la Segunda República, cuando contaba con cincuenta y tres años de edad.
En el Archivo Histórico custodiado por la Confederación Hidrográfica del Júcar se conservan los planos originales del proyecto de ingeniería que posibilitó las obras de defensa contra el río y el puente de hierro sobre el Júcar. Ambas se llevaron a cabo de forma simultánea, como parte de un mismo proyecto, ciertamente ambicioso desde el punto de vista urbanístico, pero realmente fundamental y necesario desde el punto de vista de la seguridad de la ciudad de Alzira ante un río que en aquella época constituía una seria amenaza.
Vemos aquí una interesante imagen, aproximadamente de entre 1910 y 1915, que nos muestra una perspectiva de Alzira vista desde el río Júcar. Se puede apreciar la salida del brazo muerto del río y al fondo, la iglesia de Santa Catalina con la torre de su viejo campanario de la Plaza del Sufragio orientado al río. Era en aquella época el edificio de mayor altura en la ciudad.
Seguidamente vemos este mismo punto tal y como, hacia aquella misma época, lo trazó Fausto Elío Torres en su mapa de 1914. Se aprecia el torreón y el estribo derecho del futuro puente:
Cada inundación traía miseria absoluta, sin mecanismos sociales de protección a las víctimas, pues únicamente cabía esperar la solidaridad vecinal y muy esporádicamente, ayudas en concepto de indemnizaciones o socorros que el Gobierno de Madrid enviaba a la provincia con demasiada lentitud y mínima eficacia. La población no veía ninguna mejora en sus problemas. Por este motivo las obras del río en Alzira fueron de una importancia fundamental, y todavía hoy se mantienen dichos pretiles, así como el puente de hierro, que recientemente ha superado su centenario.
Similar a la imagen anterior y de aquellos mismos años es esta imagen, tomada desde el puente de San Gregorio, mirando río abajo, en dirección este. El puente de hierro todavía no se había levantado, pero faltaba poco. Tal vez meses o unos pocos años. En la imagen se aprecia el Molino de la Villa. Todavía entonces no se había construido el pretil de defensa contra las inundaciones que hoy veríamos a mano derecha. Sí vemos, en cambio, la serrería Pardo con sus dos chimeneas. Sabemos que una de ellas data de 1908, por lo que la fecha de esta imagen se situaría entre 1908 y 1911 aproximadamente.
Como antes, vemos aquí la representación sobre el mapa de 1914 de Fausto Elío Torres. En color amarillo se ha indicado, resaltado, el "Molino de la Villa".
El Puente de Hierro de Alcira se concibió como una mejora para toda la población que había sido largamente esperada. En enero de 1911
Las Provincias publicaba la noticia del proyecto para un nuevo puente sobre el río Júcar aguas arriba, en el municipio de Gavarda. Gavarda dista de Alzira a solo 20 kilómetros al oeste. Este puente existe a día de hoy y como podemos comprobar es gemelo del puente de Alzira. Leyendo esta noticia nos formamos una idea de las altas expectativas con que la población de la época veían la construcción de un nuevo puente de hierro.
"Desde tiempo inmemorial se había establecido para el paso del río Júcar una barca denominada "Barca del Rey, hasta que hace unos pocos años se establecieron unos tramos de madera. Las obras para el puente se remontan a treinta años atrás [el año 1881]. La obra se colocará donde estuvo la "Barca del Rey".
Vemos aquí el mencionado Puente de Hierro de Gavarda, cuyo parecido con el de Alzira es prácticamente el mismo. La imagen está tomada en el año 2020, después de cumplir su primer centenario.
El puente sería construido, como el de Alzira, por la misma empresa, la sociedad mercantil La Maquinista Terrestre y Marítima.
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Fábrica en Valencia de La Maquinista Terrestre y Marítima en 1891 |
El plazo previsto de las obras era de cinco años (1911-1916). Participarían obreros valencianos, ingenieros de Lemosín (Francia) y se emplearían hierros de Asturias y Bilbao.
Del proyecto del puente de hierro para Gavarda, informaba Las Provincias en el año 1911, que: "se compondrá de un tramo central parabólico, de acero, de 70 metros de vano. El citado tramo central quedará a 10 metros de altura sobre el río. Pesa el hierro empleado la respetable cifra de 234 toneladas. El puente servirá para el tránsito local de los numerosos pueblos de la comarca."
El proyecto de la obra estuvo inicialmente a cargo del ingeniero valenciano Arturo Monfort y Hervás. Vemos en estas dos imágenes, el puente de hierro sobre Gavarda en la actualidad.
Los puentes de hierro eran una novedad para la época. Los primeros se habían construido a mediados del siglo XIX en Reino Unido, pero en España llegaron más tarde. En palabras del historiador alzireño Juan José Sanz Maseres, según un
artículo publicado en 2010: "
El hierro y el acero provocan el nacimiento de una nueva era en la arquitectura y la ingeniería. Elementos lineales, tirantes, soportes, entramados completos y arcos de grandes luces, son algunas de las muchas posibilidades que aportaban los nuevos materiales. Aunque el arco fue la tipología primigenia del puente metálico, será el tramo o viga recta el más utilizado en las infraestructuras ferroviarias. Estos elementos lineales conseguían una luz y capacidad de carga muy superior a las de los puentes construidos con anteriormente con otros materiales (piedra, madera, ladrillo…). Con el puente metálico aparece un nuevo y eficaz medio constructivo, consistiendo las más de las veces, en sistemas estandarizados, de fácil montaje por el ensamblado y/o atornillado de sus piezas. Estos rasgos pasarán con el tiempo a constituirse en las características que definen por antonomasia el puente metálico y en ellos debemos ver su auténtico valor, tanto estético como patrimonial, ya que constituyen uno de los elementos del arte de la construcción que en mayor medida refleja el pensamiento de la época, adaptándose a las nuevas necesidades constructivas".
El historiador
Sanz Maseres describe el sistema constructivo Bow-string o "arco y cuerda" en español, que caracteriza a este tipo de puentes: "
Pese al posible rechazo de la viga recta frente al arco, fueron muchos más los construidos con este primer sistema. Sistema que aportó al mercado numerosos tipos estructurales, sistema Town, viga de alma llena, viga de celosía, sistema Pratt, viga de cruces de San Andrés, sistema Warren, sistema Bow-string, que trataremos con mayor profundidad con el puente ferroviario. El proyecto y la construcción de puentes metálicos estuvo durante todo el siglo XIX en manos de ingenieros y empresas extranjeras constructoras ferrocarriles, respaldadas por una legislación que favorecía la importación de material, tanto fijo (vias, traviesas, estructuras metálicas) como móvil (vagones). (...)
Además tenía la ventaja de no necesitar pilas que descansasen sobre el lecho del río, y eso en una zona donde hay una oscilación de caudal tan enorme (según épocas del año) como La Ribera, hacían de el puente de sistema Bow-string, el modelo idóneo".
Nos hemos hecho una idea, con el ejemplo de Gavarda, de lo que significaba para Alzira o poblaciones similares este tipo de obras en esa época. En la misma época se construyeron otros muchos puentes en el mismo ámbito geográfico de las comarcas de la Ribera. El 17 de abril de 1900 se inauguró el Puente de hierro de Sueca y Riola. El 15 de agosto de 1905, el puente de hierro de Cullera. El 7 de mayo de 1916, el puente de hierro de Sueca y Fortaleny, que se llamó "Puente de Alfonso XIII". El 14 de enero de 1917 se inauguró el puente de hierro de Albalat de la Ribera. En el mismo año 1917 se inauguró el puente de hierro de Gavarda. Y en diciembre de ese mismo año, se inauguraría el puente de hierro de Alzira, que aquí tratamos.
El 23 de enero de 1905, al fin, se producen avances significativos, gracias a la gestión en Madrid del diputado Vicente Calabuig Carra (1852-1916), según informó aquel día Las Provincias al relatar el recibimiento que las autoridades y el pueblo brindó al político en su visita a Alzira en agradecimiento a "sus recientes trabajos, coronados con el éxito más completo, en pro de las obras de defensa contra las inundaciones del Júcar, constante aspiración de los alcireños". El político fue recibido en la estación del tren por la banda de música y una multitud que lo acompañó al Ayuntamiento, donde fue nombrado hijo adoptivo y después invitado a un banquete para cien personas en El León de Oro.
El día 7 de febrero de 1905 quedó constituida en Alzira, ante el Notario Ramón Simarro Ochoa, la "Sociedad de Obras del Júcar, Compañía Anónima".
Seguimos ahora al proyecto de Fausto Elío Torres para el puente de Hierro en Alzira.
En este detalle del plano del proyecto de 1914 se puede observar que se había trazado únicamente los dos estribos del puente (el derecho, en la orilla sureste y más próxima a la población, y el izquierdo, en la orilla noroeste y más próxima a la estación del tren). El puente de hierro todavía no se había levantado. Sería en los próximos años cuando se ensamblasen sus piezas, fabricadas y transportadas a distancia, hasta su inauguración en diciembre de 1917.
El Puente de hierro, también denominado "puente metálico" o "puente sobre el río Júcar", pero sin otro nombre específico, aparece presupuestado en la documentación de abril de 1914, por un coste total de 291.255 pesetas. Su desglose se especificaba en cuatro partidas: "muros de acompañamiento, estribos, pavimento y parte metálica", siendo la parte metálica un 61 por ciento del coste y los estribos un 35 por ciento del coste y por tanto los elementos más costosos.
Los planos originales del proyecto están fechados en abril de 1914, solo dos meses antes del estallido en Europa de la Primera Guerra Mundial. Los firmó el ingeniero responsable de estas obras, Fausto Elío Torres. Las imágenes de dichos planos fueron tomadas en junio de 2021 por el autor de este blog en el archivo de las oficinas en Valencia de la Confederación Hidrográfica del Júcar. Se trata de los planos y del presupuesto de este proyecto, y por tanto, documentos antiguos que no están digitalizados y cuyo estado de conservación no deja de ser preocupante y delicado.
Una observación detenida de los planos de Fausto Elío Torres en 1914 permite comprobar la proximidad del futuro puente de hierro a la desembocadura del brazo derecho del río Júcar. Si bien este brazo envolvía la zona antigua de la ciudad en un "abrazo", por citar a Vicente Blasco Ibáñez en su obra "Entre Naranjos", esta pequeña desembocadura era el único punto verdaderamente conductor de agua. La zona inicial del brazo del río, que empezaba río arriba, a la altura del Puente de San Gregorio, apenas permitía la entrada de agua, motivo por el cual esa zona quedaba estancada y era conocida como brazo muerto del río. El caudal sólo alcanzaba a llenarse en la zona de la actual Avenida Santos Patronos, cuando el barranco de Barxeta desembocaba en el cauce del río Júcar.
Los planos y los presupuestos proyectados contemplaban además, como pasos necesarios para las obras, el desvío de la carretera a Algemesí y costosos trabajos de allanamiento y mejoras en las riberas del río. Esta imagen, tomada seguramente en 1914, da muestra de la intensidad de estos trabajos preparatorios y nos permite imaginar la cantidad de trabajadores que se debieron necesitar. Si bien las obras no dependieron en ningún momento del Ayuntamiento de Alzira, sino del Ministerio de Fomento a través de la Sección Hidrológica Central
Durante los años que fueron testigos de la construcción del puente de hierro y de las obras de defensa contra el río (1911-1917) continuaron sucediéndose nuevas crecidas del río durante épocas de fuertes lluvias, normalmente en los meses de octubre, noviembre y enero.
En el mes de mayo de 1914 tenemos noticia de que el puente se encontraba en construcción. En este momento se produjo una desgracia que recogió el periódico
La Correspondencia de Valencia, al ahogarse uno de los obreros en el río: "
Ahogado. Junto al puente sobre el Júcar que se está construyendo en Alcira, se ha ahogado un obrero de los que trabajan en las obras de desviación de dicho río, llamado Antonio Gambín Méndez, de 26 años, soltero, natural de Murcia."
El profesor y catedrático de la Universidad de Valencia, Mateu Bellés, recopiló datos interesantes sobre algunas de las crecidas más destacadas de estos años previos a la construcción del puente de hierro. Estos datos provienen a su vez de un documento histórico: la memoria publicada en 1917, por el Servicio Central Hidráulico del Ministerio de Fomento, referida a la división hidráulica del río Júcar en los años 1915 y 1916. Fue un trabajo recopilatorio que se realizó por vez primera en España.
Así, en enero de 1915 ya se sabe que: "En Alzira, el nivel del agua alcanzó los 5’53 metros que no se
pudieron prever porque, aguas arriba, había superado las registradas anteriormente por la División.". Posteriormente, "En la misma Alzira, el Júcar también registró otras crecidas más moderadas (15-17 de febrero, 27-29 de marzo, 1 de abril). A principios del año siguiente (28-29 de marzo de 1916) se anunció otra moderada crecida del Júcar".
En el mes de marzo de 1915 el puente estaba ya instalado con su estructura esencial. Así lo relata
La Correspondencia de Valencia el día 31 de ese mes: "
Dicen de Alcira que ayer comenzaron las pruebas oficiales del nuevo puente sobre el río Júcar, con asistencia de los ingenieros, personal a sus órdenes y el representante de la casa constructora". Se encontraría entre ellos el ingeniero Fausto Elío Torres. La casa constructora era la sociedad mercantil La Maquinista Terrestre y Marítima.
Llama la atención que ya en marzo de 1915, dos años y medio antes de la inauguración, se dice que: "la inauguración del puente se hará muy en breve, abriéndose en seguida el tránsito público, atendiéndose las justas aspiraciones del vecindario, para el que [el puente] constituye una verdadera necesidad de mejora".
Dos meses después, el 28 de mayo de 1915,
La Correspondencia de Valencia publicaba una ampliación de la información anterior que da cuenta del estado de las obras: "
Los alcireños han interesado del diputado a Cortes, interponga su influencia para que el puente de hierro sobre el Júcar se abra pronto al servicio, pues se dice que ahora, después de terminada la instalación, se piensa en reformas, entre ellas, la de colocar en el nuevo puente planchas metálicas. Esta colocación es muy conveniente, pues hay que tener en cuenta el gran tráfico rodado que hay en Alcira, donde pasan de 6.000 los carros dedicados al transporte de naranja y demás productos agrícolas".
Esta noticia nos evidencia, así, que en esa época el Puente de San Gregorio era la vía única y esencial de paso para transportar las naranjas de los campos hasta la estación. Por tanto también los carros de naranjas deberían circular cruzando el Puente de San Bernat.
A finales del año 1915 ya se publicó, en la
Gazeta del 18 de diciembre (número 352), un aumento en la consignación presupuestaria para costear las obras de defensa del río en Alzira, a cargo de la entonces denominada División del Júcar (hoy, Confederación Hidrográfica del Júcar). El Ministerio de Fomento de la época, y en concreto la Dirección General de Obras Públicas, fundaba este aumento presupuestario en 1915 en la necesidad de agilizar obras que se llevaban a cabo a un ritmo demasiado lento y al parecer, insuficiente para garantizar la seguridad de la población. Así podemos leerlo en la propia Gazeta de ese día. El invierno empezaba, los campos de cultivo ya no ofrecían trabajo suficiente, y para aliviar la situación económica de muchas familias de jornaleros, aumentar el gasto en estas obras permitía contrataciones que daban puestos de trabajo.
En concreto, para Alzira, se preveía un aumento del presupuesto sustancial, de más de 70.000 pesetas, sobre el presupuesto de ese año ya consignado.
En la memoria antes referida, del Servicio Central Hidráulico, se señaló además un hecho de interés: la grave inundación de noviembre de 1916 en Alzira. En esos momentos las obras de defensa contra las inundaciones se hallaban en pleno desarrollo. Sabemos así, que: "En las obras de defensa de Alzira el agua saltó por encima de la presa de tierra que cierra el brazo derecho del río causando deterioros
de importancia".
En esta época se encontraba en Alzira el ingeniero Fausto Elio Torres, quien dirigía estas obras que él mismo había proyectado, y recopiló información relevante sobre la gravedad de esta inundación. De acuerdo con su relato, en palabras posteriores del catedrático Mateu Bellés: "Ante todo, según Fausto Elío, ingeniero encargado del servicio, llamó la atención la rapidez de la transmisión de la onda de crecida pues el 28 de noviembre, a las 17 horas, el Júcar tenía en Alzira (escala 45) 1’50 metros de altura y a las 23 h ya inundaba las calles bajas de la población con 5 metros, llegando el día 29 a los
8’56 m (a las 20 h). En segundo lugar, la crecida se presentó en Alzira sin que se hubiera recibido aviso en las oficinas de la División desde las estaciones indicadoras previamente establecidas en la cuenca alta y media. En otras palabras, la crecida se generó en la cuenca baja “que comprende las parciales del río Grande, del Clariano y Albaida, de su afluente el Montesa y del Sellent, así como las vertientes directas del Júcar”. “La extensión de esta zona es pequeña en relación con la cuenca total y para
producir alturas de agua tan considerables ha sido preciso que caigan sobre ella lluvias excepcionalmente grandes en un corto período de tiempo”. Por estas razones, Fausto Elío
examinó posteriormente los datos pluviométricos registrados para confeccionar mapas diarios
de isoyetas y establecer los volúmenes diarios de precipitación sobre la cuenca y los volúmenes de lluvia caída por segundo".
El ingeniero Fausto Elío Torres tenía la misión de defender a Alzira de las crecidas de un río que se comportaba de modo caprichoso e imprevisible en días de lluvias. Su frustración quedó recogida por él mismo en la memoria del Servicio Central Hidráulico de 1917, cuando criticó los problemas que existían para realizar los avisos entre las distintas poblaciones del cauce del río ante las crecidas, debido a las malas comunicaciones de la época: "ha quedado evidenciada la imposibilidad de anunciar crecidas de esta naturaleza utilizando noticias de las escalas fluviales por la rapidez de la transmisión de la crecida producida casi in situ y la necesidad de acudir a los datos pluviométricos remitidos por
los medios más rápidos desde los puntos más característicos. En los momentos actuales las
comunicaciones son insuficientes y durante las crecidas se imposibilitan casi completamente.
La red telegráfica es rudimentaria, sin que la iniciativa privada haya suplido esta deficiencia,
pues no existen tampoco líneas telefónicas que a falta de las del servicio oficial, se pudieran utilizar. Sería, pues, preciso instalar líneas propias consagradas a la misión de transmitir a la Jefatura de la División...".
En febrero de 1916 se da cuenta, en las actas de plenos del Ayuntamiento de Alzira, de los retrasos y lentitud en las obras del puente de hierro:
Se han conservado numerosas imágenes de estos años que narran gráficamente el proceso de construcción:
Estas imágenes corresponden al archivo personal del ingeniero Fausto Elío Torres, cuya biznieta Ana Gisbert de Elío, cedió numerosas fotografías al diario digital de Alzira El Seis Doble. Según publicó este medio el 3 de julio de 2017, citando este testimonio, y en palabras del catedrático de la Universidad de Valencia Joan F. Mateu Bellés:
"Fausto Elío Torres (Madrid 1878-1958) pertenecía a una saga de Ingenieros de Caminos. Tras una breve estancia como subalterno en las Jefaturas Provinciales de Obras Públicas de Tarragona y Valencia, el día 1 de febrero de 1906 tomó posesión de la 2ª zona (Cuencas del Túria y Júcar) de la División de Trabajos Hidráulicos del Júcar, de la que estuvo encargado hasta fines de 1931. Forma parte de la generación de ingenieros llegados a las Divisiones Hidráulicas en los primeros años del siglo XX y dedicados a ellas durante dos o tres décadas. Esta generación, simbolizada por Manuel Lorenzo Pardo en la cuenca del Ebro, gestionó la política hidráulica del regeneracionismo y, sobre todo, aportó su experiencia a las bases técnicas del Plan Nacional de Obras Hidráulicas (1933)".
Además de ingeniero fue también presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar.
Los trabajos necesitaron seis años para poder terminar la obra.
En las actas del Ayuntamiento de Alzira de abril de 1916 podemos leer que ya existía la necesidad, urgente, de utilizar el Puente de Hierro, y era una preocupación del Ayuntamiento en ese momento. Se le denomina como "el nuevo puente". Esto nos permite conocer que todavía en esta fecha el Puente no estaba abierto a la circulación, aunque posiblemente estaría en un estado avanzado de construcción.
En 1917 se fotografió el Puente en los meses previos a su inauguración y la finalización de las obras. Estas imágenes se pueden consultar en la obra
Geografia Médica de Alcira, del autor -entonces estudiante- Enrique Badenes Gallach (Cuenca, 1890 - València, 1946). Esta obra puede consultarse en los archivos de la Biblioteca y Archivo de la Real Academia Nacional de Medicina de España.
Del archivo histórico de la empresa que fabricó la estructura metálica del puente,
La Maquinista Valenciana, se puede ver esta fotografía tomada en los días en que el ingeniero Fausto Elio estaba realizando las pruebas de carga para asegurar la resistencia del puente, hacia el 5 de noviembre de 1917, mes y medio antes de la inauguración oficial. Tras el puente se puede ver las dos chimeneas de ladrillo del recinto industrial de la Serrería Pardo. La imagen pertenece al archivo Francisco Climent.
El fondo documental de la empresa La Maquinista Valenciana está recogido en la obra de la profesora Susana Climent Viguer, "La Maquinista Valenciana: revolución industrial y cambio social, 1834-1955", publicado en 2020 por la Universitat Jaume I de Castellón de la Plana.
Según el investigador Alfonso Rovira, en el artículo que publicó en el periódico
Levante El Mercantil Valenciano con motivo del centenario del Puente de Hierro, en diciembre de 2017, "e
ste puente, sin más apoyo que los estribos sillares edificados sobre los márgenes del río Xúquer que cruza su cauce, tiene 72 mentros de luz. En las obras estaba previsto realizar al mismo tiempo que se construía, la demolición del puente de piedra río arriba y cerrar el cauce que encerraba la ciudad en una isla. También la construción de los muros o pretiles de piedra sillar que circunvalan la población como defensa de las avenidas del río".
El 5 de febrero de 1917 en sesión del Ayuntamiento quedó constancia de que seguían destinándose recursos presupuestarios a pequeños arreglos de albañilería en el viejo puente de San Gregorio. En este caso, "catorce pesetas por piedra machacada para el afirmado del Puente de San Gregorio", tarea que se encargó al albañil Manuel Pardo. Esto es indicativo de que esta infraestructura, aunque anticuada, seguía en pleno uso diario por parte de habitantes y viajeros.
El 21 de mayo de 1917, en sesión del Ayuntamiento de Alzira, tomó la palabra el abogado y concejal conservador Bernardo Montalvá para proponer la construcción de "una acera metálica junto a la carretera que partiendo del nuevo puente sobre el Júcar fuera a unir con la existente de ladrillo que conduce a la estación", si bien esta iniciativa no se concretó posteriormente.
Las imágenes siguientes son de considerable valor porque permiten apreciar -y diferenciar- cómo era entonces el cauce del río -mucho más caudaloso que en la actualidad-. Vemos el puente ya finalizado, o casi, aunque con los andamios todavía bajo su estructura.
Esta segunda imagen, también de esta obra, es interesante porque en ella se observan ambos puentes coincidiendo en un breve momento histórico: en 1917 coexistían el recién construido Puente de Hierro con el antiguo y medieval Puente de San Gregorio. A este último, en la imagen, se le cataloga con el nombre "puente romano sobre el Júcar". Este puente fue demolido en el año 1921.
En las actas del pleno municipal de Alzira del 13 de agosto de 1917 encontramos la confirmación de que en esa fecha el puente de hierro ya se había concluido, hasta el punto de que su inauguración debía ser inminente. No obstante esta se postergaría hasta diciembre del mismo año. Las actas dicen así: "El señor [Bernardo] Montalvá dirige un escrito a la Presidencia [Luis Rosario Vila] para que interese al Ayuntamiento de qué día se pondrá al servicio el nuevo puente de hierro. La Presidencia manifiesta que según acuerdo del Ayuntamiento y acompañado de algunos señores visitó al encargado o contratista de las obras [Fausto Elío Torres, posiblemente], quien le manifestó que quedaría terminado para el día de ayer [12 de agosto de 1917], pero debe mediar algún inconveniente pues no ha recibido ningún aviso".
Al igual que ocurrió con la nueva Estación del Norte de Valencia, que también se inauguraba en esas fechas, podemos suponer que este retraso pudo deberse a las anormales circunstancias de la huelga revolucionaria convocada por los sindicatos UGT y CNT en esos días, que constituyen el fenómeno revolucionario hoy conocido como Crisis de 1917 en España.
En el diario El Pueblo de 7 de septiembre de 1917 apareció ya una breve noticia que se hacía eco de la próxima inauguración del puente, por lo que es de suponer que en el mes de diciembre se encontraba prácticamente terminado.
En el mes de diciembre de 1917 se inauguró finalmente el nuevo Puente de Hierro. En la imagen vemos la imagen de los santos patronos de la ciudad, los sacerdotes y algunos monaguillos, además de algunos músicos en primer plano. Aquel día se bendijo el puente y la banda de música local amenizó la celebración.
Existen otras imágenes en la prensa de aquellos días. En el periódico ABC se publicó: "Vista general del nuevo puente de hierro sobre el Júcar. Las autoridades en el acto de la bendición.
De aquel día de la inauguración tenemos constancia de que fue una celebración muy sencilla y condicionada por las circunstancias de crisis económica que atravesaba la ciudad, y toda la región valenciana.
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Diario de Valencia, 17 de diciembre de 1917 |
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Diario de Valencia, 17 de diciembre de 1917 |
Ya en 1921 se menciona el Puente de Hierro como uno de los motivos de orgullo principales de Alzira. Encontramos esta referencia en las páginas descriptivas de nuestra ciudad en el Almanaque comercial de ese año, publicado en Valencia por el editor Rafael Pascual Lacasa con el título: "Anuario Siglo XX. Guía comercial e industrial, Valencia y su provincia". Dice así: "su entrada a la población se hace por un soberbio puente de hierro colgante sobre el río Júcar, recién construido".
A partir de aquel año Alzira tuvo un puente moderno, construido en hierro, que resultó un símbolo de la propia ciudad y que se ha mantenido en uso durante más de cien años de historia. En su momento fue paradigma de la ingeniería y la modernidad. El Puente de Hierro, forma parte de uno conjunto de una veintena de puentes a la Ribera sobre el Júcar, como son los puentes de Alberic, Sumacàrcer, Albalat, Riola, Cullera y Fotaleny.
Podemos ver, a modo de recreación artística, una imagen de la maqueta realizada por la Casa Arsanz, que muestra cómo era el puente de hierro de Alzira en los años inmediatamente posteriores a su construcción.
La Revolución Industrial comportó la introducción de nuevos materiales como el acero laminado, el vidrio plano o el hierro fundido, que permitirían a la vez una revolución de los transportes y la comunicación, y la creación de nuevos lugares funcionales para la nueva sociedad industrial, es decir de fábricas, almacenes, mercados, y sobre todo puentes. Los puentes, aún de fábrica romana, fueran sustituidos por una nueva tipología, los “puentes de hierro”, hitos de la tecnología, que supieron reunir belleza y funcionalidad.
Esta fotografía puede estar fechada un año después de la inauguración del puente, en 1918:
La siguiente fotografía es una copia de la anterior, aunque con mayores márgenes, por lo que se puede apreciar mejor los dos estribos de piedra que sustentan el puente. Se trata de una postal de venta en Barcelona.
Existen imágenes de mediados del siglo XX en que podemos observar el elevado caudal del río Júcar, mayor que en la actualidad.
Se conserva esta imagen de los años cuarenta del siglo XX, tomada a vista de pájaro. Se observa, en particular, el campanario y la iglesia de Santa María, que fue demolida poco después y hoy ha dado lugar a una plaza con el mismo nombre.
La imagen completa se observa a continuación y permite conocer una perspectiva panorámica hoy desaparecida de la ciudad de Alzira.
Existe una fotografía publicada por Mario Guillamón Vidal (1924-1990), tomada en 1963, que muestra el Puente de Hierro con Alzira al fondo, aunque apenas es visible por la poca altura de la imagen. Con todo, podemos apreciar el sendero que desde el puente descendía hasta el propio cauce y que los alzireños empleaban para ir andando hasta la Estación de Renfe, ya que en esa época la carretera de Alberic (actual Paseo Miguel Hernández) todavía no tenía una acera para peatones. Se distingue al fondo las montañas. A la derecha, la sierra de las Agujas. A la izquierda, la Montañeta del Salvador.
En 1986 el Puente de Hierro fue objeto de una intervención de refuerzo que afectó solo los estribos, mientras que en 1995 la estructura metálica fue reparada y pintada. El investigador Alfonso Rovira nos detalla la fecha en que el Puente de Hierro quedó cerrado al tráfico de vehículos temporalmente, con motivo del inicio de estas obras. Según su testimonio publicado en Levante El Mercantil Valenciano: "el 19 de marzo de 1994, al mediodía, un equipo de Obras Públicas de la Generalitat, procedía al cerramiento del tránsito rodado por el histórico Pont de Ferro, para realizar importantes obras de refuerzo y restauración".
De esta época tenemos esta imagen, tomada durante una crecida del río con motivo de fuertes lluvias. Esto era y sigue siendo motivo de interés para los alzireños, que se acercan en esos momentos a contemplar la subida del nivel del agua con curiosidad.
Como anécdota puede decirse que en diciembre de 1987 se fijó en la azotea de la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Alzira, a menos de medio centenar de metros del puente de hierro, el vértice geodésico de Alzira, catalogado con el nombre "Alcira" y el número
77029. El croquis que en aquel momento elaboró el Instituto Cartográfico Nacional representa el puente de hierro a la derecha y el nuevo puente de hormigón, llamado entonces "Carretera Nueva", y actualmente , a la derecha.
Del año 1990 tenemos una imagen del puente, de la Agencia Efe. La fotografía está tomada también desde el puente de la carretera CV-50, al igual que la anterior imagen. Este paisaje apenas ha cambiado ya en los últimos treinta años.
Según el análisis arquitectónico y de conservación que realizó el Ayuntamiento de Alzira en el año 2010: "Actualmente, en bastante buen estado de conservación, continúa pendiente de futuras intervenciones. Los pretiles de piedra presentan desperfectos a causa de la vegetación que crece a las juntas."
Imágenes de satélite, recientes, nos permiten ver el Puente de Hierro desde lo alto.
Se observará en la imagen anterior y en la siguiente que el Puente de Hierro estaba pintado de un color gris. Este color se impuso con motivo de la Guerra Civil (1936-1939), pues era un color poco llamativo que permitía que pudiese pasar más desapercibido desde el cielo y evitaba así que fuese el blanco de los bombardeos de la aviación franquista en la época en que Alzira era una ciudad todavía dentro del bando republicano.
El color se mantuvo así durante todo el siglo XX y hasta el año 2015, cuando el Ayuntamiento lo pintó de rojo para adaptarlo a los colores corporativos de Alzira, y realizó también algunas obras de rehabilitación.
Este es el estado del Puente de Hierro en el año 2006:
En noviembre de 2010 se tomó esta imagen en el mismo punto que la anterior:
Del año 2017 es esta imagen del puente de hierro, singular, que se tomó desde el mismo río por un grupo de piragüistas que navegaban río arriba desde la localidad vecina de Algemesí.
Panorámica del río Júcar tomada desde el Puente de Hierro el 7 de septiembre de 2018. En ese momento se había realizado una completa limpieza de los cañares del ribazo del río.
Vemos aquí un detalle de las vigas de hierro del puente, apreciándose la carretera pavimentada en doble sentido:
Y otra imagen que permite apreciar la distancia entre el puente y la Serrería Pardo, en ruinas.
En esta imagen del autor de este blog se observa el puente, fotografiado el día 21 de enero de 2020, durante la crecida del río Júcar con motivo del temporal "Gloria", que fue noticia en
prensa local y nacional. El caudal del río cubrió los ribazos y los senderos que habitualmente frecuentan los vecinos y paseantes de perros. Las cañas arrastradas por la corriente quedaron encaramadas a las ramas de los árboles y algunos de ellos quedaron inclinados por la fuerza del agua o fueron derribados y empujados río abajo, hasta la desembocadura en la playa de Cullera.
Esta es una imagen reciente, de febrero de 2021, con el ribazo del río mostrando la vegetación desprovista de hojas y verde, propio del invierno:
Vista desde el Puente de Hierro, mirando hacia el Paseo Fluvial y el barrio de Tulell, tomada en marzo de 2021.
En el mes de junio de 2021 se están realizando obras de acondicionamiento en el margen noreste del río a su paso por Alzira, en la zona de Tulell.
Vemos el estado de las obras en septiembre de 2021:
El acceso peatonal a la zona de la orilla que discurre debajo del puente de hierro ha quedado cerrado con motivo de las obras y gran parte de la tierra de la orilla ha sido removida mediante la excavadora que se ve en las imágenes, de junio de 2021.
La imagen superior e inferior son de junio de 2021.
Vemos aquí una imagen del Puente de Hierro tomada en septiembre de 2021:
Fuentes (texto e imágenes):
Alba Pagán, Ester; Lairón Pla, Aureliano J. (2020). Història d'Alzira. Des de la Prehistòria fis a l'actualitat (Volumen 1). Universitat de València. ISBN 978-84-9133-291-6.
Alba Pagán, Ester; Lairón Pla, Aureliano J. (2020). Història d'Alzira. Geografía física y humana, arte y patrimonio cultural (Volumen 2). Universitat de València. ISBN 978-84-9133-291-6.
Almanaque comercial del año 1921, publicado en Valencia por el editor Rafael Pascual Lacasa con el título: "Anuario Siglo XX. Guía comercial e industrial, Valencia y su provincia".
Fotografías del ingeniero Fausto Elío publicadas por El Seis Doble: https://www.elseisdoble.com/vernoticia/40411/imagenes_historicas_de_la_construccion_del_puente_de_hierro_de_alzira_y_entornos_de_la_epoca_1911_1918
Fotografía del puente (1990) de la Agencia EFE: https://efs.efeservicios.com/foto/puente-hierro-alzira-valencia-661990-puente-hierro-rio-jucar-paso-localidad/8002661142
La Correspondencia de Valencia, 31-03-1915. Disponible en: https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1000241467&posicion=2&presentacion=pagina
La Correspondencia de Valencia, 28-05-1915. Disponible en: https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1000241524&idBusqueda=116037&posicion=2&presentacion=pagina
Biografía del ingeniero Fausto Elío Torres, según publicación que se editó con motivo del 75 Aniversario de la Confederación Hidrográfica del Júcar, en 2010, escrita por el catedrático de la Universitat de Valencia Joan F. Mateu Bellés.
Imagen del Puente de Hierro tomada por el Club de Piragüismo de Silla, en verano de 2017. Consultada en junio de 2021. Disponible en: http://clubescuelapiraguismosilla.blogspot.com/2017/08/el-rio-sucro-desde-algemesi-hasta.html
“La ciència i la tècnica davant les revingudes del Xúquer (1635-1905): Notes preliminars”, Cuadernos de Geografía, 32-33,
pp. 243-264. Obra publicada en 1983 por el catedrático de la Universitat de Valencia Joan F. Mateu Bellés, que recoge la transcripción de los telegramas enviados por el Alcalde de Alzira durante la crecida del río Júcar en la medianoche del 12 de enero de 1898.
Biografía de Fausto Elío Torres (árbol genealógico familiar) consultado en junio de 2021. Disponible en: https://gw.geneanet.org/sanchiz?lang=en&p=fausto&n=elio+torres. Su biografía está publicada en la web de la Confederación Hidrográfica del Júcar. Consultado en junio de 2021. Disponible en: https://www.chj.es/es-es/Organismo/Historia/Paginas/LaOrganizaci%C3%B3nAdministrativaElpersonaltecnico.aspx
Levante El Mercantil Valenciano. Crónica de Alfonso Rovira, sobre el Puente de Hierro, publicada el 14 de diciembre de 2017. Consultada en junio de 2021. Disponible en: https://www.levante-emv.com/ribera/2017/12/14/pont-ferro-cumple-siglo-12111004.html
El servicio de prevención y anuncio de crecidas en España (1863-1917), obra publicada en 2003 por el catedrático de la Universitat de Valencia Joan F. Mateu Bellés. Consultada en junio de 2021. Disponible en: https://revistas.um.es/areas/article/view/117891
Climent Viguer, Susana. La Maquinista Valenciana : revolución industrial y cambio social, 1834-1955 / Susana Climent Viguer. Castelló de la Plana: Publicacions de la Universitat Jaume I. Servei de Comunicació i Publicacions, 2020. Disponible en la Biblioteca de Ciencias Sociales Gregori Maians de la Universitat de València.
Manuscrito (mecanografiado) titulado "Geografia Médica de Alcira", del autor Enrique Badenes Gallach (Cuenca, 1890 - València, 1946). Esta obra puede consultarse en los archivos de la Biblioteca y Archivo de la Real Academia Nacional de Medicina de España. Disponible en: http://bibliotecavirtual.ranm.es/ranm/es/consulta/registro.cmd?id=93 (consultado en abril de 2021). La obra fue reeditada en 2017 por Aureliano Lairón y Carmel Ferragud, publicada por la Institución Alfons el Magnànim-Centre Valencià d’Estudis i d’Investigació (el Magnànim), entidad cultural de la Diputación de Valencia. ISBN: 978-84-7822-745-7.